En ti, verso
En el velo de la siesta caían letras y cuentos,
entre ellos, la esencia y perfume de un beso,
y he sabido que en ti muere el primero
y el último;
en ti me atrevo, y, sí, muero cada vez,
como la primera, como la última.
En ti suceden los sueños.
En ti se suceden los besos.
Como pequeñas promesas,
deseos y murmullos. En ti,
el soplo, el aliento.
Y has entrado en mi sueño y allí
—los dos de blanco sucio—
en pie y recostado, también soñabas
con unas escaleras y el cielo,
y me contabas sobre almenas
y castillos, y yo he saltado
sobre el agujero de tu sueño
y dentro
me he atrevido,
con los castillos, escaleras
y almenas. He muerto
en ti. En la tarde,
otra vez, bajo el cielo.
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Luis