Enmiendas
La calidez a veces abre paso a la tristeza
y cuando nos llega está tibia,
como alguna alegría que se abraza al frío
rabioso de la nieve. Los termómetros
no sirven para nada. Las estadísticas
tampoco. A veces y siempre.
Y para entender los labios y su temperatura,
su inclinación y dibujo, solo la sombra
de las pestañas y los ojos será palabra
en el rostro. Para recoger el agua que es alma,
o el destello que es brizna y vida en la boca,
no bastan las manos, ni sorber el líquido
y el aire, tampoco los pies que nos acercan.
Es necesario vivir estar horadar
en la piel ajena. Y allí dentro
abrazar los miedos
y temblar.
Comentaris
Me ha gustado mucho. Es hermoso
Un beso
Luis