Almohada


Ya no es tu cuerpo ni la palabra,
no son los encuentros
que pasaron de la noche al día,
no es la alegría, aunque también,
y tampoco el café, la leche, el azúcar,
ni el espejo que me viste con tu cara,

es el manto del tiempo,
cálido,
que envuelve nuestra voluntad.



Comentaris

escribiente ha dit…
El tiempo en el amor, en el deseo, es eterno y cabe en un instante.

Un beso

Luis