Estas brasas


La añoranza también es lenta
como un día de verano,
se detiene en cada baldosa
y en cada silla. Se esconde
en la calada calma del
cigarro. También es pausa
esta añoranza, se deleita
entre los dedos y los ojos
muertos de sueño, se abalanza
con la brisa de las nubes,
quieta y quietas. Entonces,
la añoranza es más lenta
y espesa, tórrida, como la tarde
que duerme.


Comentaris

escribiente ha dit…
Cuando la añoranza es suficientemente fuerte puede detener para siempre una vida

Un beso

Luis