Desafío
El deseo traza su círculo
―prisión y condena voluntarias
regresan y regresan, como ola y arena―
y llena y llena esta cúpula, esta esfera,
superpone las lanzas, endereza las flechas
y todo es selva primigenia.
El deseo, este que no muere,
traza y multiplica sus círculos,
y perdemos en las esferas
todo, todo principio,
lo sabemos y somos reflejo
de los seres sin pensamiento;
obedecemos designios y hechizos,
se nos van sentidos, piel y manos
en cada ola, en la arena.
[El silencio y toda el alma, espejo.]
Ya no quedan personas aquí, sólo dos
bestias inocentes, sus gritos y garras,
las miradas desconcertadas, desnudas,
y el deseo y su círculo con el aliento
en blanco, y los recuerdos
aprisionados, condenados,
en cada poro y destilados
en instinto ―primigenio.
Comentaris