Cadena perpetua
Drenar el pensamiento
y vaciar aguas pútridas,
no tolerar lagunas
de agua negra,
y pensar y purgar,
purificar la historia
y la memoria. Escribir
en todas partes, en las paredes
y el suelo, en los vasos y las puertas,
letras de agua enferma
y tatuar el camino como fue.
Abandonar ahí, donde sea,
a los monstruos y sus gritos.
Pensar y condenar a los duendes
malos a estar entre letras
que son rejas, donde sea,
un autobús, una ventana,
una hoja, en la piel,
pero siempre de forma
perpetua.
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Un beso
Luis