Cebollas y ojos, yo


Los ajos son viejos y se desintegran,
solo un par, blancos como el arroz.
Hay un fantasma en la cocina
y telarañas y polvo negro en lo alto.
Hay un fantasma de espaldas
que llora encima del mármol
viejo como los ajos, y blanco
como aquel par. Desenvuelve
un plástico y el agua hierve.
El fantasma disuelve la sal
en los ojos. Desenvuelve
una cebolla, blanca.

Aplasta un ajo. Dos.

Su alma es transparente
y se escapa como el agua
y sus burbujas. Hay un fantasma
y estoy en él, callada,
y a su espalda. La caricia
de la mano sobre la mano
resbala y es sueño,
recuerdo. El fantasma ya no anda,
no sueña, ya no sabe que hay mañana
y que hay un año que espera venir.

Aplasto un ajo. Dos.

El fantasma, las telarañas, yo,
lo negro del cielo que es techo, todo
aplastado.

Hace tanto tiempo que esta cocina
no apesta a pescado.


Comentaris

Maria Plana Nova ha dit…
Guauuuuuuu, quina passada. M'encanta i el final brutal. Ets una crack
Judit Ortiz ha dit…
Gràcies, Maria! petons i abraçades!