Espanya, una grande y libre


«En el Valle de los Caídos descansa el padre del último y más glorioso imperio español. Parece que su espíritu revive cada vez que los catalanes o los vascos se atreven a ejercer su derecho a la autodeterminación. Los partidos de la meseta central, sean de derechas o izquierdas, por arte de birlibirloque forman un mismo batallón y parecen gritar:

“¡Ay, si Franco levantara la cabeza, la hostia que se daría contra la losa de mármol que lo sepulta! Estos polacos que se creen que por hablar raro tienen derecho a erigirse en un estado. ¿Cuánta gente había el 11S manifestándose? ¿Hay que hacerles caso? Es una mala idea en España hacer caso al pueblo. Ustedes fíjense en la parrilla televisiva y déjennos a nosotros, último bastión del catolicismo moral, paladines de la unidad castiza, déjennos reconquistar su cariño a base de lo mejor que sabemos hacer: reescribir la historia como nos place, tergiversar los hechos, volver a pasear los tanques por la Diagonal o tocar la intocable Constitución española si los caciques del norte de Europa lo exigen. ¿No añoran aquellos tiempos libres de toda preocupación? Les procuraremos pan y circo.”

Todos a una, grande y libre para taponar los cerebros y golpear los deseos, para amputar las razones históricas y confundir con niebla demagógica. Desde ese valle de la vergüenza se esparce el tufo del miedo por toda la piel de toro. No es posible cortarle un pedazo, solo las orejas y el rabo en las corridas.»


Carta de La Fatxa en la edición de octubre de BCN Mes, página 4:

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