Muletas


Amanece, y cojean el aire, el día, el reloj.

Amanece en la yema de los dedos:
a contraluz veo transparencia
y las caricias que anoche arrastraron
ropa, células, migas de pan y tabaco.

Amanece en las manos, en la cama,
en los pies, las sábanas, la pared y el techo.

Amanece en los pedazos de vida
que dejamos esparcidos
en esta soledad
para recogerlos con ansia,
con ganas, y gritar con ganas, con ansia,
me faltas me falta me sumas me restas
me multiplico y me pierdo me divido
me divides en dos tres te pierdes
te parto me partes y nos partimos
en pedazos de ausencia

y amanece en eco, en tu boca,
en la mía,
sola.

Piso la acera,
olvidé abrocharme el corazón
y tu voz se derrama como un susurro.
El cielo es rojo sangre.



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